miércoles, 3 de marzo de 2010

el-ar-te-de-di-bu-jar-te


















Una mujer contempla, a la luz del fuego, el perfil de su amante dormido.
En la pared, se refleja la sombra.
El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer, se irá a la guerra, se irá a la muerte.
Y también, la sombra, su compañera de viaje se irá y con él morirá.
Es noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brazas y dibuja, en la pared, el contorno de la sombra.
Esos trazos no se irán, no la abrazarán, y ella lo sabe, pero no se irán.

1 comentario: