jueves, 1 de abril de 2010

Dejemos caer la máscara Rousseau,-dijo Vicent. Yo tamabién soy campesino y un pintor.
El artista se acercó al joven y le estechó la mano calurosamente.
-Tu hermano me ha enseñado tus pinturas de los campesinos holandeses. Son buenos, mejores que las de Millet. Las he admirado muchas y muchas veces.
-Y yo estuve estudiando sus cuadros mientras esos... estaban haciéndose los idiotas. Y también los he admirado.
Gracias, ¿Quieres sentarte? ¿Quieres llenar tu pipa? Aquí hay ciento cinco francos con los que podré comprar tabaco, comida y pinturas.
Tomaron asiento cada uno a un lado de la mesa y comenzaron a fumar en silencio
-Supongo que sabes que todos te llaman loco, ¿verdad Rousseau?
-Sí, y he oido decir que en La Haya también te llamaban a tí así.
-En efecto.
-Bah, dejemosle que digan lo que quieran algún día mis cuadros estarán colgados en el Luxermburgo.
-Y los mios en el Louvre- repuso Vicent.
Se miraron ambos por un momento y como si hubieran leido sus pensamientos dejaron escapar una carcajada espontánea.
-Creo que tienen razón, Henri- dijo Vicent- ¡Estamos locos!
-¿Quieres que bebamos para festejarlo?

1 comentario:

  1. muy bueno flor, de donde lo sacaste? Te amo mucho y espero que puedas venir un dia a mi casita a parasitear viendo skins pero sin la conjuntivitis. Y yo a la tuya. Sólo para conocer a tu perro.

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